VIDA DEL FANTASMA

Vida del fantasma, publicado por primera vez en 1995 y ampliado en ediciones sucesivas, reúne los artículos escritos desde 1976 hasta 2000 a los que Pasiones pasadas y Literatura y fantasma no habían dado cabida. Si en la primera encontrábamos al articulista que opina y polemiza, que observa, critica o aplaude; y en la segunda al escritor enamorado de su oficio, en Vida del fantasma es la figura de ½alguien a quien ya no le pasan de verdad las cosas, pero que se sigue preocupando por lo que ocurre allí donde solían pasarle y que ¡aun no estando del todo¡ trata de intervenir a favor o en contra de quienes quiere o desprecia+ la que aparece en cada uno de los cien artículos y ensayos que componen el volumen. Un fantasma pulula interesado por el mundo pero ajeno a él, que observa, preocupado, desde el otro lado del espejo o a través de las brumas que siempre le acompañan. Y desde allí se entusiasma, bromea, recuerda y dispara. ½Junto al Marías que cuestiona y polemiza [...] sin despojarse de su punto de elegante insolencia o impertinencia, también aguarda el Marías evocador, nostálgico, admirador.+ WINSTON

Vida del fantasma, publicado por primera vez en 1995 y ampliado en ediciones sucesivas, reúne los artículos escritos desde 1976 hasta 2000 a los que Pasiones pasadas y Literatura y fantasma no habían dado cabida. En cada uno de los cien ensayos que componen el volumen no encontramos ya al articulista o al escritor que vimos en recopilaciones anteriores, sino la figura de un fantasma que observa desde el otro lado del espejo y desde allí se entusiasma, bromea, recuerda y dispara, «alguien a quien ya no le pasan de verdad las cosas, pero que se sigue preocupando por lo que ocurre allí donde solían pasarle y que -aun no estando del todo- trata de intervenir a favor o en contra de quienes quiere o desprecia».

«Junto al Marías que cuestiona y polemiza [...] sin despojarse de su punto de elegante insolencia o impertinencia, también aguarda el Marías evocador, nostálgico, admirador.»

Winston Manrique Sabogal, El País