MAESTROS SOMOS TODOS

MAESTROS SOMOS TODOS

INCLUSO QUIENES NO LO SOMOS

DIAZ CARLOS

17,00 €
IVA incluido
Editorial:
NARCEA, S.A.
Año de edición:
2022
Materia
Pedagogia:temas generales
ISBN:
978-84-277-2919-3
Páginas:
188
Encuadernación:
Rústica

Disponibilidad:

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Extracto del Índice: 1. El contagio emocional de los valores del maestro. Maestros somos incluso quienes no lo somos. La relación interpersonal en la escuela. 2. El maestro modelo no es un jefe. ¿Por qué han de ser modélicos los maestros? Necesita un maestro quien quiera ser maestro. 3. El deber, palabra canibalizada en la escuela. ¿Por qué debo ir a la escuela? Un querer y un hacer a la altura del deber. 4. ¿Qué pasa con las normas? La necesidad de unos mínimos regulativos. ¿Qué dice la regla? 5. Educar en el orden. Ayudar sin sustitui. No hay tiempo interior sin tiempo íntimo. 6. Enseñar a obedecer. Maestro "domador" no, gracias. Desobediencias infértiles y desobediencias fértiles.7. Enseñar a dominar los deseos. Con ternura y vigor. Paciencia y forja del carácter. 8. Enseñar a descifrar lo visible y lo invisible. Oye las opiniones ajenas; sólo son opiniones. Para manejar la conciencia mental y emocional. 9. Enseñar a hacer contratos. Sin paternalismo: respeto exigente, exigencia respetuosa. Algunas técnicas útiles para cumplir los contratos. 10. Sancionar pedagógicamente .¿Prohibido prohibir? ¡Y, cuando digamos no, no cambiemos de parecer! 11. Las "reglas de la abuelita". La empatía es la mejor medida del yo. Afrontar las situaciones, sin huir. 12. Contra el tal Murphy.

Esta obra es la de un hijo de maestros, maestro él mismo, y quiere ser un firme alegato en favor de la persona como ser capaz de aprender y de enseñar, actividades que requieren la figura científica y moral del maestro, su adhesión a una escala de valores, y su compromiso existencial con la humanidad. En palabras del autor: “Desde el primer día en que enseñé, quise siempre hacer crecer en humanidad a cuantos se cruzaban conmigo. Solo busco enseñar lo universal que puede brotar de lo contingente; no son primero las ideas y luego la vida social, sino al mismo tiempo, y por eso quien enseña para lo comunitario verdadero que hay en cada ser humano, funda comunidad. Por eso escribo, viajo, buscando a la humanidad”. La escuela la hace el maestro. Afortunadamente los maestros hacen que sus alumnos sean más, de lo que hubieran sido sin ellos. La escuela para la comunidad, en tanto que escuela para la vida, solamente será posible si sus fundamentos tienen real solidez y van más allá de la inmanencia pragmática y rompen los muros de las aulas. Cuando se abre un aula con un buen maestro, la creación entera vuelve a latir.

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