"¿Yo no soy parte de tu familia...?"
Akitora descuida sus palabras. Debido a su actitud, Uichi no tiene adónde ir y recurre a Matsumi, pero cuando este descubre que el único punto débil de Akitora es precisamente él, lo secuestra y lo deja en manos de unos extranjeros para que lo fuercen una y otra vez.
Este cuarto volumen viene sacudido por pasiones sombrías e incontenibles.