- Editorial:
- TECNOS, S.A. (12)
- Año de edición:
- 2018
- ISBN:
- 978-84-309-7396-5
- Páginas:
- 219
- Encuadernación:
- Rústica
- Colección:
- CLASICOS DEL PENSAMIENTO*
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FUNDAMENTOS HISTORICOS ESPIRITUALES DEL PARLAMENTARISMO EN SU SITUACION ACTUAL Y POLEMICA CON THONA SOBRE EL SIGNIFICADO DE LA DEMOCRACIA
SCHMITT CARL
Disponibilidad:
Estudio Preliminar por Manuel Aragón
Los fundamentos histórico-espirituales del parlamentarismo y democracia
Prefacio a la segunda edición (1926): Acerca de la Contradicción entre parlamentarismo y democracia
Introducción a la primera edición
I. Democracia y parlamentarismo
II. Los principios del parlamentarismo
III. La dictadura en el pensamiento marxista
IV. Teorías irracionalistas sobre el uso directo de la violencia
V. Estudio de contextualización por Ellen Kennedy
En Los fundamentos histórico-espirituales del parlamentarismo en su situación actual (2.ª ed. de 1926), Carl Schmitt efectúa la reconstrucción del tipo ideal de la institución parlamentaria, para, a renglón seguido, declarar irremediablemente extintos los supuestos estructurales que hicieron posible su emergencia histórica. La crisis del Parlamento se presenta como una crisis de la discusión, de la publicidad crítica, y de la independencia y de la capacidad moral del diputado para encontrar la verdad, y desde ella elaborar la ley justa, impuesta por la nueva realidad social pluralista y democrática. Se trata de la negación de la atmósfera intelectual que había presidido toda una época, y ante la que, como enseña Ellen Kennedy, en plena convulsión de Weimar urgirá dar respuesta. Para Schmitt sólo el presidente del Reich será el pouvoir neutre, llamado a operar como defensor de una Constitución (der Hünter der Verfassung) entendida como bastante más que un simple documento jurídico, frente a las amenazas de unos partidos incompatibles con la idea de unidad que informa al Estado. +Qué validez tiene hoy esta crítica?, se pregunta Manuel Aragón en el estudio que precede a la obra. ½Lo esencial del Parlamento es la confrontación pública (Íffentliche) entre argumentos y contraargumentos, el debate y la discusión pública. Partiendo del Derecho (como antítesis del Poder) sus notas son: 1.ª que los pouvoirs se vean siempre obligados a discutir, buscando en común, la verdad; 2.ª que la publicidad sitúa a los pouvoirs bajo el control de los ciudadanos; 3.ª que la libertad de prensa empuje a los ciudadanos a buscar por ellos mismos la verdad, y decírsela al pouvoir.+
En Los fundamentos histórico-espirituales del parlamentarismo en su situación actual (2.ª ed. de 1926), Carl Schmitt efectúa la reconstrucción del tipo ideal de la institución parlamentaria, para, a renglón seguido, declarar irremediablemente extintos los supuestos estructurales que hicieron posible su emergencia histórica. La crisis del Parlamento se presenta como una crisis de la discusión, de la publicidad crítica, y de la independencia y de la capacidad moral del diputado para encontrar la verdad, y desde ella elaborar la ley justa, impuesta por la nueva realidad social pluralista y democrática. Se trata de la negación de la atmósfera intelectual que había presidido toda una época, y ante la que, como enseña Ellen Kennedy, en plena convulsión de Weimar urgirá dar respuesta. Para Schmitt sólo el presidente del Reich será el pouvoir neutre, llamado a operar como defensor de una Constitución (der Hünter der Verfassung) entendida como bastante más que un simple documento jurídico, frente a las amenazas de unos partidos incompatibles con la idea de unidad que informa al Estado.
¿Qué validez tiene hoy esta crítica?, se pregunta Manuel Aragón en el estudio que precede a la obra.
«Lo esencial del Parlamento es la confrontación pública (Öffentliche) entre argumentos y contraargumentos, el debate y la discusión pública. Partiendo del Derecho (como antítesis del Poder) sus notas son: 1.ª que los pouvoirs se vean siempre obligados a discutir, buscando en común, la verdad; 2.ª que la publicidad sitúa a los pouvoirs bajo el control de los ciudadanos; 3.ª que la libertad de prensa empuje a los ciudadanos a buscar por ellos mismos la verdad, y decírsela al pouvoir.»