CONSTITUCION DE ALEMANIA L

CONSTITUCION DE ALEMANIA L

HEGEL GEORG WILHELM FRIEDRICH

19,95 €
IVA incluido
Editorial:
TECNOS, S.A. (12)
Año de edición:
2010
Materia
Teoria de la filosofia
ISBN:
978-84-309-5030-0
Páginas:
328
Encuadernación:
Rústica
Colección:
CLASICOS DEL PENSAMIENTO*

Disponibilidad:

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Estudio preliminar por Dalmacio Negro Pavón.
1. El mundo de Hegel.
2. Los escritos políticos de Hegel: La Constitución de Alemania.
3. La unidad de la teoría y la práctica.
4. La filosofía política de Hegel.
5. La situación de Alemania.
6. La correlación entre cambio social y cambio histórico.
7. El sistema representativo.
8. El Estado.
9. La historia política.
10. Conclusión.
Nota biográfica.
Nota a la presente edición.
La Constitución de Alemania.
Textos preliminares.
Cap. I: El concepto de Estado.
Cap. II: El poder militar.
Cap. III: Las finanzas.
Cap. IV: El territorio del Imperio.
Cap. V: La organización jurídica.
Cap. VI: La religión.
Cap. VII: El poder de los Estados.
Cap. VIII: La independencia de los Estados.
Cap. IX: La formación de los Estados en el resto de Europa.
Cap. X: Los dos grandes poderes alemanes.
Cap. XI: Libertad ciudadana y estatal.
Cap. XII: La unificación de Alemania.

El motivo de este pequeño e importante escrito de Hegel consiste en que, si bien Alemania era una nación, estaba dividida su rica variedad en múltiples estadículos por lo que no existía un auténtico Estado, ya que el vetusto Sacro Imperio de origen medieval sólo le daba una unidad formal. Pues los estadículos ?una especie de autonomías soberanas? justificaban sus viejos privilegios o derechos particulares invocando la antigua «libertad alemana», para impedir que el Imperio tuviese un poder efectivo. Incluso, en detrimento de Alemania y los alemanes, las autonomías se aliaban entre sí o con los poderes extranjeros cuando dirimían sus diferencias en el suelo alemán, según sus conveniencias y simpatías particulares. Sin una unidad real, Alemania estaba fuera de la historia universal: carente de un auténtico Estado capaz de organizarla a la altura de los tiempos y de defenderla, no sólo no era un sujeto de la historia sino su objeto.

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